La música es un básico indispensable en nuestras vidas, y cuando nos hacemos mayores, es especialmente útil, especialmente con herramientas como la musicoterapia.
A nuestros mayores todavía les queda mucho camino por recorrer, con ganas de aprender y de disfrutar. Para ello, las experiencias musicales son una actividad cognitiva importante e interesante, que puede beneficiarles enormemente.
Uno de los casos más relevantes en los que se suele utilizar la musicoterapia es en pacientes con alteraciones cognitivas, puesto que es capaz de aportar cierto rendimiento al nivel cognitivo y/o conductual.
¿Qué es la musicoterapia?
Podemos definir la musicoterapia como una combinación de varias disciplinas que se centran en la música y en la terapia. Se trata de una técnica muy novedosa, que puede ser usada en la inmensa mayoría de los casos.
Los principales objetivos de la musicoterapia son mejorar la salud del anciano y lograr que esta mejora se mantenga de forma autónoma. Además, dado que las personas mayores cuentan con capacidades muy variables, existe una amplia gama de tratamientos disponibles que pueden adecuarse perfectamente a cada situación concreta.
Cuenta con tres características principales:
- Es una actividad sistemática, ya que sus procesos están orientados a lograr unos determinados objetivos.
- Es un proceso temporal, ya que el cambio que se consigue se produce gradualmente a lo largo del tiempo.
- Es un proceso orientado a la recuperación de la salud.
Puesto que se trata de una terapia no farmacológica, su aplicación en ancianos está no solo aceptada, sino recomendada y se ha ido acrecentando cada vez más en las últimas décadas. Igualmente, se puede utilizar en combinación con cualquier otro tipo de tratamiento o terapia.
Tipos de terapias
Dentro de esta disciplina, contamos con dos tipos de terapia:
- Terapia activa: la persona mayor es partícipe y puede crear o improvisar con la música.
- Terapia receptiva: la persona se centra en escuchar la música.
A su vez, también podemos hablar de cuatro niveles de práctica de la misma:
- Auxiliar: utiliza la música sin propósito terapéutico.
- Aumentativo: refuerza las prácticas de la musicoterapia para mejorar los resultados de un tratamiento que el paciente ya esté recibiendo.
- Intensivo: comienzan a establecerse los objetivos del tratamiento y a encauzarse hacia los mismos.
- Principal: no solo tiene un propósito terapéutico, sino que, además, es su tratamiento principal, como su propio nombre indica.
¿Para qué sirve?
La musicoterapia es capaz de generar cambios terapéuticos en varios campos: la fisiología, psicofisiología, esquemas sensomotrices, percepción, cognición, comportamiento, emociones, comunicación interpersonal y la creatividad.
En el caso de enfermedades como la demencia y el Alzheimer, la musicoterapia es capaz de respaldar ciertos patrones y, al mismo tiempo, reducir la importancia de los signos y síntomas al mejorar la capacidad cognitiva. En otros trastornos, como el Parkinson, trabajar con patrones rítmicos regulares mejora las funciones motoras.
Ventajas de la musicoterapia
Entre las ventajas que nos ofrece la musicoterapia a la hora de trabajar con mayores, podemos destacar:
- El paciente logra sentirse a gusto consigo mismo.
- Mejora las condiciones físicas y/o psíquicas.
- Se trata de una alternativa divertida y relajada, que les permite cubrir sus necesidades.
- El uso de ciertos instrumentos puede mejorar el uso manual.
- Puede aumentar los vínculos interpersonales con otros residentes, familiares y personal, aliviando el sentimiento de soledad.
- Hace que los mayores experimenten sensaciones de empoderamiento y vitalidad.
- Aumenta los comportamientos sociales positivos y disminuye los negativos.
- Mejora la eficiencia del sueño y reduce la ansiedad.
- Crea espacios de distracción, seguridad y tranquilidad.
¿Qué actividades podemos realizar?
La musicoterapia cuenta con un sinfín de posibilidades, pero hay una serie de actividades adecuadas para todos los públicos que podemos llevar a cabo de forma sencilla, y que probablemente mejoren en algún modo la calidad de vida de los residentes:
- Nombrar canciones: las personas mayores son capaces de explorar su mente e ir recuperando recuerdos.
- Cantar sus canciones favoritas: hace que deban recordar las letras, e incluso bailar si quieren y pueden, mejorando su memoria y sus capacidades psicomotrices.
- Música clásica antes de dormir: la música clásica crea un ambiente acogedor y relaja la mente, mejorando el descanso.
- Juegos instrumentales: mejoran el estado de ánimo, la sociabilidad y la confianza en sí mismos. En el caso de las personas con demencia, es capaz incluso de respaldar los patrones de caminar.
- Improvisaciones rítmicas y vocales: permiten satisfacer ciertas necesidades psicológicas y fisiológicas de las personas mayores.
Recuerda que la música siempre trae consigo alegría y creatividad, ¿y eso no es algo que todos queremos? ¡Pon en práctica la musicoterapia!